Adolf tenia seis años y era de gesto desafiante, de mentón elevado y mirada firme, las piernas abiertas, los brazos cruzados, algo diferente del resto de sus compañeros de colegio.
Una reciente investigación realizada en Londres por el escritor de televisión Laurence Marks, que tuvo la colaboración de John Forrester, estudioso de Sigmund Freud y su obra, indica que el padre del psicoanálisis recomendó en 1895 que el pequeño Adolf fuese internado a los seis años en un instituto de salud mental para niños de Viena.